Sesión 3. Manejando las preocupaciones

Introducción

La gente de tu edad se preocupa por lo que le van a decir los profesores, por los resultados en los exámenes, por la opinión de sus padres, por lo que les dicen los compañeros. Sienten miedo y angustia cuando creen que no van a saber hacer las actividades. Cuando un amigo les dice algo pueden interpretarlo de forma amenazante, casi tanto como si un oso los persiguiese para acabar con su vida. Y repiten una y otra vez mensajes negativos que se convierten en sus cabeza en un animal feroz que los amenaza, o en una bola de nieve que cae rodando detrás de ellos haciéndose mas gorda cada vez, como si lo fuera a aplastar. Esa tensión, provoca angustia, y no permite que se preste atención a las cosas buenas que están pasando en el momento presente. Las preocupaciones en exceso nos causan mucho malestar, mucha infelicidad. Imitando a nuestros antepasados que luchaban o huían de los animales salvajes para sobrevivir, convertimos un simple mensaje de un compañero en algo que parece que pone en peligro nuestra vida como si un oso salvaje fuera a devorarnos. Sin embargo, los mensajes no son animales salvajes, no está en peligro nuestra vida y podemos responder a ellos de un modo diferente a cómo responderíamos a un oso que nos persiguiese. En lugar de reaccionar con agresividad o huyendo podemos aprender a dar una respuesta más calmada y útil para nosotros, quizás dejando de dar vueltas a las cosas.

Actividad 1

¿Puedes pensar o escribir algunas cosas que tu crees que les preocupa a la gente de tu edad, en tu situación actual?

Actividad 2

Mira el comic mientras oyes el audio y después haz la práctica final para aprender a manejar las preocupaciones.

Escucha el audio siguiente en el que te proponemos una práctica que ayuda a las personas de tu edad a calmarse cuando están preocupados. Puedes practicarla a lo largo de esta semana al menos una vez y observar cómo te sientes cuando lo haces. De este modo, cuando ocurra algo que te preocupe mucho, podrías utilizarla para calmarte.

¿Por qué hacemos este ejercicio? Porque al contar en la inspiración y exhalación nuestra atención se focaliza en la respiración en lugar de en esos pensamientos catastrofistas, y cuando contamos 7 y 11 la respiración se hace más lenta y esto ayuda a que el corazón también vaya más despacio y te sientas más calmado. Así que es una actividad muy sencilla pero muy útil. Ánimo, a practicar.

Bibliografía

Giménez-Dasí, M., Fernández-Sánchez, M., Daniel, M-F. y Arias, L. (2017). Pensando las emociones con atención plena. Programa de intervención para Educación Infantil. Madrid : Pirámide.
Giménez-Dasí, M., Quintanilla, L. y Arias, L. (2016). Pensando las emociones con atención plena. Programa de intervención para Educación Primaria. Madrid : Pirámide.