Sesión 1. Ruta para alumnado dominante - disruptivo
- 1.- Características.
- 2.- La redes sociales del alumno conflictivo.
- 3.- El apego seguro como condición fundamental.
- 4.- Comprender el origen emocional.
- 5.- Fomentar un apego seguro en el aula.
- 6.- Evitar las escaladas coercitivas.
- 7.- Crear un acuerdo conductual.
- 8.- Transformar el liderazgo negativo en positivo.
- 9.- Utilizar el trabajo por proyectos.
Características de estos alumnos
La redes sociales del alumno conflictivo
La edad escolar es una etapa en la que los alumnos tienen como objetivo principal conseguir un alto estatus social (Eder, 1985) y una posición dominante y poderosa entre sus compañeros (Pellegrini, 2002). Los alumnos acosadores justifican sus comportamientos de acoso al creer que ayudan a mejorar su estatus (Sitsema et al., 2009), además de ser percibidos por sus compañeros como geniales, poderosos y populares (Caravita, DiBlasio y Salmivalli, 2009). La mayoría de ellos se mueven en un rango que va desde la impopularidad en el grupo hasta presentar un estatus controvertido (una serie de compañeros les apoyan y otro amplio grupo de compañeros les rechazan).
En la siguiente figura se presenta un sociograma de un grupo de clase en el que se pueden observar diferentes grupos de amistad rodeados por una línea negra. En uno de los grupos se presentan dos alumnos con un marco rojo a su alrededor. En este grupo de clase estos dos alumnos eran responsables de la mayor parte de las conductas de acoso y también disruptivas del aula, uno de ellos con mayor protagonismo que el otro.
El apego seguro como condición fundamental
La teoría del apego, planteada inicialmente por el psicólogo John Bowlby, se refiere al vínculo emocional positivo que se desarrolla entre un niño y un individuo particular.
A partir de la construcción de las primeras relaciones de apego (habitualmente en el ámbito familiar) se elabora un patrón de funcionamiento que a medida que el niño se desarrolla, este comienza a aplicarlo a otro tipo de relaciones (con los iguales, con el profesorado en el aula, en las relaciones laborales, con una pareja). Si durante la infancia se adquiere un apego inseguro, se puede tener dificultades en el proceso de establecer una relación de intimidad, de sentirse seguro, de expresar emociones, de establecer una relación equilibrada en un grupo, etc. (Sánchez, 2015). Las relaciones profesor-niño se establecen de la misma manera que con su cuidador principal. Los niños pueden confiar en los maestros para tener seguridad y estabilidad (Bomber, 2011).
Se plantean cuatro tipos de apego principales, uno de ellos seguro y tres de tipo inseguro. Estos tipos pueden clasificarse de acuerdo a dos características principales:
- La proximidad o alejamiento que el individuo presenta hacia el resto de personas.
- La ansiedad que se produce durante las interacciones sociales.
Comprender el origen emocional del alumnado disruptivo
La mayoría del alumnado conflictivo presenta un apego inseguro con su cuidador principal y muestra muchas dificultades emocionales. Como educadores debemos entender que sus comportamientos disruptivos funcionan como una máscara que oculta la falta de cariño, la inseguridad y la dificultad al expresar sus emociones. Nos gustaría recomendar tres documentales para comprender por qué tipo de dificultades socioemocionales atraviesan muchos de los estudiantes que presentan problemas de comportamiento en el aula:
Fomentar un apego seguro en el aula
Es importante que el profesor cree un vínculo diferente con este tipo de alumnado. En lugar de castigarles por sus comportamientos disruptivos y generar rechazo por parte de los compañeros, el profesor debe comprender los aspectos emocionales que afectan a estos alumnos para poder empatizar con ellos. En general, el profesor debería de cumplir con 3 aspectos básicos para fomentar un apego seguro en clase: 1) mostrar confianza y seguridad, 2) ser sensible a las necesidades de los alumnos y atenderlas adecuadamente, 3) ayudarles cuando se frustren permitiendo que se esfuercen y se equivoquen.
Evitar las escaladas coercitivas
Los comportamientos disruptivos del alumnado podrían generar una reacción coercitiva por parte del profesor si este no tiene las herramientas necesarias para resolver el problema. Este intercambio disruptivo podría agravarse generando un círculo negativo que peligrosamente puede conducir a escaladas de comportamiento coercitivo entre alumnado y profesorado (desde insultos hasta agresiones instrumentales). Dichas conductas estarían destinadas a demostrar el propio poder a la otra parte, que el profesor justificaría aludiendo a la necesidad de disciplina y el alumnado como una defensa ante los abusos que perciben recibir del profesor.
Crear un acuerdo conductual con el alumnado conflictivo
Es importante que el profesorado realice un compromiso de conducta y consecuencias con los alumnos que han realizado comportamientos disruptivos. Este consiste en un acuerdo por ambas partes en el que se especifican las conductas que el alumno está de acuerdo a realizar y las consecuencias que obtendrá por realizarlas o no
Transformar el liderazgo negativo en positivo
El alumnado con este perfil tiende a demandar un mayor nivel de atención a comparación del resto de compañeros. Sus comportamientos disruptivos y/o de acoso buscan aumentar su estatus social y conseguir mayor poder y protagonismo entre sus iguales. Es en este momento cuando hay que establecer un vínculo diferente con el alumno e intentar comprender esa necesidad de protagonismo que presenta permitiéndole transformar su liderazgo negativo en uno positivo. Para ello, es recomendable encargarle tareas que le hagan sentir importante en el grupo, modificando el rol disruptivo que tiene con el grupo de iguales.